Revista Scherzo. Moviendo afectos. Eduardo Torrico
“…Concluyo con una consideración que no debería caer en saco roto: no era práctica habitual entonces, y mucho menos ahora, que un grupo de cámara, cuyo formato es siempre reducido, cuente con un director que se dedica solo a dirigir y no a tocar también un instrumento; es un plus añadido en la búsqueda de la excelencia. Se nos hace extraño, porque estamos acostumbrados a otra cosa, pero que alguien indique a cada momento lo que pretende de cada intérprete no tendría que tomarse por algo baladí”.